Sueños inconclusos

Sueños inconclusos

Esto sucedió en una de esas noches cuando no puedes conciliar el sueño, y pasas mas tiempo dando vueltas recostado en la cama, tratando sin ningún sentido, desconectar tu mente; es imposible, simplemente no se puede, rebuscas en tus pensamientos los acontecimientos mas recientes y por extraños motivos aparecen rostros del recuerdo que jamás desaparecen. Es entonces que sin darte cuenta cruzaste el portal que divide a los sueños de la realidad.

La ciudad parece normal casi como cualquier recuerdo sincero de una realidad común, fue entonces que entré en pánico, sintiendo el horror desesperado de salir corriendo para encontrar eso que no era muy claro aun. La necesidad era enorme y la claridad de lo que buscaba era muy distorsionada, la atmósfera estaba cubierta por una peculiar bruma que hacia mas lento el sentido de los pensamientos, fue entonces cuando ese sujeto apareció de la nada, interponiendo su robusto y corto cuerpo entre la libertad y lo que buscaba.
-a donde vas con tanta prisa- me dijo; con una voz tan grabe que fue difícil comprender las palabras que reconocía, pero no sabia si lo que decía era algún otro idioma o un lenguaje que solo yo podía comprender.

El hombre se interpuso en mi camino, haciéndome tambalear de una forma que pude resentir un pequeño dolor en el tobillo, ya lo había sentido antes, cuando di alguna ves un tras tumbo caminando por calles empedradas, tropezando siempre con mi andar tan torpe, fue entonces que indignado por el momento, observe un gran hombre que no podía reconocer, tenia una boina blanca tapando su rostro, y una gran nube gris se interpuso, seguida de una gran bocanada a un puro, me recordó a los puros de cuba, que alguna vez probé, un olor peculiar y a la vez familiar fue el que calmo mis impulsos.
-No estoy muy seguro- respondí, - en mi mente sabia que tenia que hacer algo, ya no recordaba que era, sabia que estaba en el lugar donde tenia que estar, pero ahora la abrupta interrupción no ayudaba a hacer mas claros mis pensamientos, necesitaba encontrar algo, o alguien y no estaba seguro de lo que hacia, todo era medio confuso; me aleje un poco, solo para tener perspectiva.

Fue entonces que pude ver la robustez de ese hombre tan misterioso, llevaba una camisa de mangas cortas que llamo mi atención por los detalles coloridos en las formas del diagrama florido, sabia que algún patrón en el diseño tenia que existir, rompía con unas grandes hibiscus blancas que hacían resaltar la cadena dorada de su pecho sin pelo, que portaba, al parecer con mucho orgullo, aunque no pude reconocer lo que podía estar grabado, su piel morena parecía recién lubricada con algún tipo de aceite, recordé los protectores para el sol, por que despedía un olor a coco, sin duda me recordaba las vacaciones en la playa donde tenias que untarte esas cremas protectoras, sus pantalones blancos cortos, hacían juego con sus mocasines fabricados con un tejido entrelazado, parecieran un poco incómodos de calzar, pero que sin duda lograban el cometido de ventilar sus pies morenos, hacían contraste con la pulcritud de el calzado.

El hombre me dijo -Ahora ya no sabes lo que buscas, ni a donde es tu camino, simplemente te dejas llevar por lo que sucede y sin duda esto no es una coincidencia, yo puedo ayudarte a recordar eso que no encuentras.- que demonios.- pensé, ¿acaso este hombre me conoce? y si fuera así ¿como sabe que yo no se lo que tengo que hacer aquí?, toda esta coincidencia me provoco un sentimiento de miedo y desesperación, algo que pocas veces podía suceder en mi, tenia miedo, miedo de que el hombre pudiera leer mis pensamientos, en este momento en mi mente cruzo una idea fugaz de querer salir corriendo hasta que mi cuerpo no lo soportara, eso era lo que debía pasar, solo tenia que darme la vuelta y correr, pero mis pies no se movieron.

-No tienes por que tener miedo de lo inevitable, y no creo poder leer tus pensamientos, como lo imaginas, simplemente soy un viejo con experiencia, tal vez, mas experiencia de la que yo quisiera tener, pero que puedo hacer, así son las cosas, aveces no tiene un sentido, y lo que veo es tu rostro, puedo ver tu rostro y como si fuera un anuncio, si lo deseas, lees el contenido.- de súbito comenzó a reír, una carcajada tan fuerte que parecía mas un estornudo que algo hilarante, y al final recuperaba el aliento con un carraspera muy similar al que hacen los marranos.

-Que dices- trate de decirlo firmemente, para no demostrar el pavor que me sometía -no me interesa nada de lo que puedas tener o saber, ¡lárgate a ver a quien puedes molestar!, no eres digno ni de dirigirte a mi con un aire tan familiar, ¡no tienes razón de hablarme así, yo no tengo ningún rostro que pueda ser leído!

De súbito, al igual que cuando comenzó a reír se detuvo, sin sentido, se inclino un poco cruzando sus brazos y con una mano froto su mentón me dijo -quizá tengas razón, y en este momento puedes saber que es verdad lo que te cuento, no soy realmente nadie que tengan todos interés en conocer en la vida, soy solamente alguien necesario para ti en este momento y lugar preciso, estas en el punto donde no hay retorno y solo yo conozco la salida, se exactamente a donde quieres ir, por que a donde tu vas mi amigo, no hay regreso, al menos no que yo sepa, solo las leyendas y los mitos cuentan historias de seres superiores que regresaron, supongo que fue en otra época, al momento el costo no es tan caro, ya tengo ahora un mejor vehículo.- con su mano regordeta, señalo detrás de el, y pude reconocer un gran taxi amarillo, algo parecido a los que veía en la tele donde siempre aparecían taxis amarillos americanos, largos y muy bien pintados, me sorprendo de no haberlo visto antes, un auto en ese lugar, que ahora era una calle normal, una pared de edificio, una ciudad normal.

-Vamos, súbete, y no me hagas perder mas mi tiempo, yo soy tan famoso por aquí que tengo acceso a los lugares mas privilegiados, en alguna otra época conocía a los dueños originales y no esas copias baratas que ahora están por aquí, supongo que siempre existirá alguien que quiera ser dueño de algo, ahora soy un espectador, y te ayudare a llegar a tu destino.- gentilmente su mano me tomaba por el hombro y sentí una confortante verdad en sus palabras, no tenia todo el control sobre mi ser, así que simplemente me deje llevar por su insistente propuesta, de todas formas no tenia idea de lo que estaba sucediendo, y el sabia a donde ir; me condujo a donde el taxi esperaba, abrió la portezuela, entre en el, cerro la puerta, me sentí abrumado por tanta atención, se fue al lugar del conductor, tranquilamente tomo su tiempo para cerrar la puerta muy delicadamente, ni siquiera escuche el sonido de que estuviera bien cerrada, escuche el tintinear de su llavero, giro el encendido del auto, de la guantera tomo unas gafas obscuras, reviso los espejos me dirigió una mirada y me dijo, -me llamo Caronte- es bueno saber a donde voy- respondí y fue entonces cuando desperté.



Kavaroca Design Kahuna
www.kavaroca.com
Copyright © 2013 Kavaroca Design Kahuna