Lucharán 77

El pasado viernes 3 de Septiembre la histórica Arena México celebro su aniversario 77 lo que tiene de abuelita lo tiene de divertido, y no me refiero a la abuelastra de manera despectiva, pero vamos que llegar a esta edad y seguir dando lucha es todo un logro.

El lugar estaba a reventar, como que a nadie le interesa llegar temprano a este evento, es bien sabido que las primera lucha no es tan aplaudida y es entonces cuando un mar de gente llena la cartera de los alrededores con sinceros billetes a los expertos vendedores locales que algunos de manera abierta pregonan la reventa y otros mas quedito te dicen ¿quieres boletos?, claro todo esto ocurre por que siempre dejamos al ultimo hacer una compra a este tipo de eventos, total siempre esta el buen revendedor que siempre consigue algo “pa´ver aunque el final”.

A la misma velocidad que el cúmulo de personas abarrotan las entradas con unos cuantos empujones y por tratar de conseguir los últimos boletos en taquilla y uno que otro pisotón, te remangas el sweater, te coges los objetos de valor que olvidaste resguardar a lo mejor así te dejan los boletos mas "bara bara" y comienzas la casería de un boleto de entrada a mejor show de acrobacias, que existe en México, y ni como culpar a alguien por la decidía, el mero día, un aniversario del lugar y con todos los participantes estelares que encontraron para hacer según anunciaba el cartel un buen show de aniversario donde la pelea final algún luchador perdería su trofeo mas querido, su mascara.

Y no es una regla que los luchadores tengan para solo utilizar mascara en sus peleas, pero si es uno de los elementos mas atractivos de todos los luchadores mexicanos, la incógnita y misteriosa personalidad que tienen los personajes ataviada de los colores, formas y figuras que majestuosamente engalanan a los atletas del show acrobático.

Hay personajes que viven mas o mueren un poco cuando pierden la mascara, hay algunos que gracias a su carisma el publico los sigue aclamando y que cosa mas atractiva que presenciar el desenmascaramiento de un luchador.

Después de una búsqueda de regateos y conseguir ocho boletos para acceder con los invitados nos buscamos el mejor lugar para ver, aunque pequeñitos que se veían ¿son buenos luchadores los que están?, ¿quiénes son?; mejor vemos en la pantalla y sin pensarlo dos veces a bloquear las escaleras por que en el lugar que es mas cómodo no deja ver la reja, si, era una de las rejas de arriba, para que mentir, que de el ultimo lugar fue lo que encontramos.

Las nalgas estaban frías, las manos sudaba, el hambre visual estaba en aumento, y las luces no dejaban de centellear, todo el espectáculo estaba en su apogeo, las chicas de ropas chiquitas salían bailando y sacudiendo lo que les colgaba (las chaquiras de los disfraces y los grandes penachos) show de medio tiempo, entretenimiento puesto para la rechicla ¡fiu fiu! gritos de “sabrotza, mamazota y uno que otro pachurro!” pero creo que los imagine y era el subconsciente que me traicionaba, ahora que recapacito pienso que a las edecanes siempre las vemos con respeto y las dejamos plantadas en el altar de diosas, digo para dejar un ideal de la mujer perfecta y mejor olvidarnos de que comen y cagan como el resto de los seres humanos, a mi forma de recordarlas prefiero pensar que son la mujer de fantasía que jamás va a envejecer y que por supuesto solo me limito a observar cada detalle de sus movimientos tongolenescos –la de doradito esta mas buena- me limito a comentar. –nel la de a lado esta mejor- me responde algún colega
-esta feita pero aguanta-.

El de las chelas te pide “chance para pasar”, le quitamos su libre transito laboral, pero todo sea por vender, las cervezas caras y calientes, no se antoja mejor me aguanto a la salida, hay que mencionar en este punto algo importante que si no pones atención o de repente te volteaste no alcanzas a ver el “lance espectacular desde la tercera cuerda” y el resto es difícil de narrar cuando no tienes la experiencia de locutor, pero motivo mas para invitar a que algún momento de tu vida asistas a este evento.

Los gritos eran divertidos, -estas re gorda lagartija- un señor gritaba; el presentador anunciaba a los que entraban por la escalinata central, que al cambio de la música también la vestimenta y el carisma del luchador hacen que el publico reaccione con un “puto” o un “chinga tu madre” reactivo a ir con la buena o mala porra del luchador que perdía, caía, se levantaba o de manera desafiante levantaba los brazos contra el publico para decir -¡me la pelan todos pinches monos!- que en este contexto no es nada despectivo, o agresivo es todo un ambiente familiar.

De verdad que es familiar, y aunque algunos no lo crean, las luchas es uno de las mejores enseñanzas que los niños pueden tener, los héroes de carne y hueso volando en los aires, y los buenos combatiendo a los malos que a veces ganan haciendo trampa, y que las trampas no son buenas matan el alma y la envenenan (dicen).

La jaula anunciaban, un ring rodeado de rejas para no dejar salir a los luchadores y catorce personajes se encontraban enfrentando una de sus peores pesadillas la perdida de su mascara, -¿será arreglado?- que es una de las cosas que todos nos preguntamos pero es mejor dejar al olvido, -no lo se- fue lo que respondo, prefiero decir cual luchador reconozco y por que es que es mas o menos famoso, aquí fue todo confusión, piernas, brazos, cuerpos volando, luces de colores, golpes, y todo por que las reglas lo dictaban, entran 14 a la jaula, solo pueden escapar escalando y los últimos dos que salgan pelearan hasta perder la mascara Joel Bernal de 44 años de edad, mejor conocido como “el olímpico” le toco perder ante la victoria de la sombra buen show nos dieron, merecida ovación y aplausos para el perdedor.

Bien, que la historia continua pero mejor lo dejo para otra ocasión…

Nubes de algodón

Momentáneamente recapacito (¿que estoy haciendo?), una señal?, ¿parpadeos al futuro?, (tentador), me dejo llevar… la hipocresía de mi subconsciente lo sabe.

Gran soplo que emana convulsiones (palpitaciones), la sutil fragancia llena de recuerdo se impregna en mi ropa y se evapora, un dolor en el pecho golpea el ritmo cardíaco, el ruido se transforma en un eco que se aleja, ansiedad, sueño; impaciente surge la necesidad frenética de querer lamer el suelo, (recapacito), inconsciencia (imagino), los colores se exaltan, (ya los extrañaba), destacan de los bloques que siempre existen y que jamás podré eliminar aun cuando hago el mayor esfuerzo por aplastarlos entre mis dedos; demasiado para mis pensamientos, escucho a lo lejos una sirena, (no se calla), golpeo el pavimento para encontrar un punto de apoyo y después engrapar mi sombra para que no se pierda...

Lleno de recuerdos mi mirada, olvido respirar, contengo el aliento para mantener los sentimientos en el tiempo, no ocurre nada, miro de re ojo mi sombra y con un alivio suspiro, me doy cuenta que sigue clavada, me da tristeza verla tan sola, decido liberarla, es un pensamiento tan fugas que no sucede nada, inactividad total, (el limbo), cierro los ojos, solo siento el vacío, la negrura; el vago recuerdo de las luces centellea ante mis pupilas, (desaparecen sus siluetas), escucho el recuerdo de una voz…

Desaparece el tiempo, el frió descubre mi carne desnuda, la piel se eriza, (no me muevo, tengo miedo), no percibo nada; la respiración entrecorta aumenta, ahora mis pies envueltos en nubes de algodón desaparecen, recuerdo el presente (de nuevo), me levanto, con dolor me sorprendo, sigue sufriendo, (mi sombra), sigue clavada en el suelo, me da pena, (no debería estar ahí), la hiero mis uñas, arranco sus entrañas, se despedaza, se evapora, (me duelen los dedos), siguen los trozos clavados, me doy por vencido, sin esperanza, sigue presa, se regenera lacerada, percibo los pequeños pedazos entre mis uñas, nada puedo hacer, confirmo que esta muerta, no hay pulsación, solo la mueve el viento atormentada, digna vida tuviste, (¿lo dije? o ¿lo pensé?), no importa ya nada, la dejo que se extinga en el vacío, y la sigo…
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